"La verdad es que no me lo esperaba", dice Sol Carretero, que no puede esconder una amplia sonrisa. La investigadora del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid ha sido elegida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas como la mejor supervisora novel de tesis doctorales en el área de Materia.
Al premio, que lleva aparejado una dotación económica de 2.000 euros, se han presentado 48 personas. "Es un orgullo para la institución", indica el fallo del jurado, que ha seleccionado a dos ganadores y dos ganadoras, siendo Carretero la única en el área de Materia. "Se premia que cuides a tus estudiantes y los lleves a la excelencia", indica la científica del ICMM-CSIC.
"Mi enfoque de trabajo está caracterizado por el sentido del humor, la cercanía y una profunda empatía", describe la investigadora sobre cómo afronta ella la supervisión de tesis doctorales. Carretero entiende que su labor como supervisora también pasa por "crear un ambiente seguro que fomente la comunicación abierta y el pensamiento crítico". "De eso se trata la ciencia, de que cada persona pueda desarrollar sus ideas y pensamiento crítico, que sean capaces incluso de llevarme la contraria", dice convencida.
El resultado se palpa en las personas que trabajan a su lado. "Nos reímos mucho, nos lo pasamos muy bien, y luego, aunque continúen su carrera en otros lugares, siempre quieren volver". Ella lo describe de una manera simple: "Cuando estás a gusto es más fácil que pienses, que logres plantear el problema, y así es como se hace la ciencia, dando tiempo para el autodesarrollo científico".
La investigadora, que consiguió estabilizarse en el CSIC hace menos de un año, se muestra satisfecha tanto de su trabajo como de su forma de hacerlo: "A lo largo de mi carrera he supervisado siete TFG, cuatro TFM y tres tesis doctorales", indica. Y esto, para ella, es también importante, porque entre sus estudiantes crea una red fuerte basada en "el conocimiento en cascada". Es su "pequeña escuela". Así lo explica: "Quienes estudian el doctorado mentorizan a quienes están con el TFM, y estos a su vez ayudan a los de TFG; todo, claro, bajo mi supervisión". Lo que consigue con esto es que estos y estas jóvenes "se sienten libres".
"Lo que siento es que les cuido, les permito hablar, les apoyo siempre pensando en su futuro", indica. Y confiesa: "A veces egoístamente me convendría que se quedaran cuando acaban su trabajo, pero sé que hay mundo fuera y les apoyo en todo lo que puedo", cuenta. Además, se siente especialmente orgullosa de que siempre les apoya activamente en sus esfuerzos para obtener financiación. "Siendo yo una IP novel ya les hacía contratos con cargo a proyecto para que tuvieran financiación", menciona, y también habla del apoyo en la búsqueda de premios a su trabajo, donde por ejemplo enumera los que ha recibido Jaime Bueno, quien acaba de empezar su tesis doctoral a su lado después de haber sido premiado por su TFM, que también realizó con ella.
Habla de cada estudiante que ha pasado por esa "pequeña escuela" sonriendo, recordando anécdotas. Por ejemplo, de Victoria Esteso se muestra especialmente orgullosa. A ella le codirigió la tesis y el TFM en Sevilla: "Me recuerdo yendo a la biblioteca con ella para estudiar lo que quería hacer. Su proyecto abrió una línea novedosa y arriesgada con mi máximo apoyo sobre el control de la fuerza de Casimir mediante las propiedades ópticas de los materiales".
Carretero también participa en programas de mentoría, como el Programa Stem Talent Girl, lo que resalta también su compromiso con el desarrollo profesional de jóvenes talentos. "Mi enfoque no solo se centra en la excelencia académica, sino también en cultivar habilidades, crear oportunidades y fomentar una comunidad de aprendizaje honesta y mentalmente sana en constante evolución", concluye.