Taller en el Aula Hospitalaria La Paz

La ciencia existe porque la sociedad existe. Una y otra son complementarias, son lo mismo: por eso es tan importante sacar los experimentos a la calle, demostrar a personas de todas las áreas y ámbitos todo lo que la ciencia puede hacer por ellas. Este es el mantra del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM), institución perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que, desde su nacimiento, lleva en el ADN la divulgación de la ciencia; una iniciativa con la que acaban de dar un paso más al llevar sus talleres al Aula Hospitalaria del Hospital La Paz de Madrid, 'el cole' para los y las niñas hospitalizadas.

"En nuestra visita al hospital hubo ciencia, frikismo y, sobre todo, muchas sonrisas", celebra Íñigo Bretos, investigador en el ICMM-CSIC y coordinador de la actividad en el hospital. A través de esta iniciativa, una quincena de pacientes pediátricos (de edades que van de los cinco a los 16 años) disfrutaron del taller de magnetismo y nanomedicina y el taller sobre vacío que llevaron media docena de investigadores del centro: "Se unieron adolescentes hospitalizados de otras plantas, padres y madres y el equipo docente del aula hospitalaria", enumera Bretos, que se muestra satisfecho: "Todo el mundo prestó mucha atención y quedó encantado con la actividad".

El objetivo del Aula Hospitalaria del Hospital La Paz es garantizar la continuidad escolar de todos los pacientes pediátricos y normalizar su estancia en el centro hospitalario. Para esto, cuenta con un equipo de docentes que está abierto a casi cualquier actividad lúdica con la que su alumnado, además de aprender, se divierta lo máximo posible. Aquí la iniciativa 'Toca la Ciencia', comúnmente conocida como 'el carrito de la ciencia', se ajusta a la perfección.

"Por un lado, realizamos talleres que refuerzan el aprendizaje del alumnado en temáticas científico-tecnológicas mediante la experiencia directa, es decir, 'tocando' y participando en los experimentos de los talleres. Por otro lado, nuestro personal cuenta con un desparpajo y una gracia natural que hace que la diversión esté asegurada", continúa el investigador, que ya está pensando en el plan para repetir la actividad: "contamos con una lista de reserva de personas del centro que quieren llevar sus talleres, por lo que podemos volver este curso o los siguientes".

El ICMM-CSIC tiene una amplia trayectoria en divulgación inclusiva, con visitas a lugares tan diversos como centros de día, prisiones u otros hospitales. Sobre esta experiencia, la sensación no puede ser mejor: "Al final, los pacientes del aula hospitalaria se comportan como cualquier niño: se interesan, participan, tocan y preguntan si lo que llevamos explota, si se puede beber... eso sí, con limitaciones como sujetar con una mano el gotero o la bolsa de medicación". Reflexiona el investigador, que cuenta que el equipo docente le contó que el alumnado no estaba obligado a estar allí, y que podían irse si así quisieran. Pero no lo hicieron: "Con nuestros talleres estuvieron sentados prestando atención durante la hora y media que duró la visita".

Una jornada diferentes para salir de una rutina que, en muchas ocasiones, es dolorosa. Pacientes, familias y docentes agradecieron una visita que no solo divirtió, sino que, además, aportó un algo más a todos: el conocimiento científico de cómo se trabaja en magnetismo para medicina, la importancia del vacío en nuestra vida. La mirada amplia de todo lo que se puede hacer, de todo lo que se hace. De todo lo que ellos y ellas podrán hacer, si quieren.