"Estos eventos son horas y horas de preparación, nervios... siempre crees que algo va a salir mal, pero después ves las caras de los niños y niñas y sientes que todo merece la pena". Estas palabras pronunciaba alguien de la organización minutos antes de abrir la puerta de La Casa Encendida. Estaba apunto de arrancar 'La Ciencia Encendida', el preevento de la Noche Europea de los y las Investigadores que los centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Cantoblanco han celebrado este año en el conocido centro cultural madrileño.
Alrededor de 300 personas (alumnado, profesorado y científicos y científicas) se reunieron este viernes 23 de Septiembre para celebrar la ciencia de la mejor forma posible: con talleres de demostraciones científicas que levantaron ovaciones y una yincana de mujeres Nobeles y no Nobeles que sorprendió a grandes y pequeños.
Así, durante una jornada que arrancó a las 10 con alumnado de Primaria, pudimos aprender a descontaminar con materiales naturales, a hacer minería urbana, el origen de la luz (químicamente hablando), la magia de la supercondctividad, las diferencias entre vídrios y cristales (con regalos incluidos), los secretos de las cerámicas más allá de los botijos, cómo funcionan los catalizadores y las pilas de hidrógeno... e incluso a jugar con el gran juego de la tabla periódica.
Más de 240 alumnos de los colegios Virgen de Europa (Boadilla del Monte), Vicente Aleixandre (Alcorcón), La Natividad, Sagrado Corazón Padres Capuchinos de Usera, Stella Maris La Gavia y el IES Pradolongo (todos estos últimos de Madrid capital) fueron los afortunados que consiguieron alguna de las plazas que se ofertaban para esta actividad, gratuita y a la que se accedía mediante inscripción online por orden de llegada dos semanas antes. Todos ellos parecían tener claro su suerte por estar en la actividad, y la disfrutaron por todo lo alto.
Divididos en cuatro salas (dos para talleres y dos para las yincanas sobre mujeres científicas), el silencio reinaba en los talleres, donde el alumnado miraba casi embelesado a los científicos y científicas que, con un lenguaje de lo más didáctico y cercano, explicaban los secretos de la ciencia. "He descubierto que la ciencia sirve para algo, para saber que tenemos que cuidar el planeta", comentaba a la salida Mohammed, alumno del colegio Vicente Aleixandre.
A él, como a muchos, el taller que más le gustó fue "el del fantasma", una actividad en la que Estrella Sánchez y Álvaro Blanco mostraron el fascinante fenómeno de la levitación de un superconductor y sus propiedades magnéticas y eléctricas. De hecho, era en este taller, en cada turno, cuando un sonoro "guau" rompía el silencio con el que el alumnado miraba el resto de actividades. No es que las otras no las disfrutaran, es que directamente los dejaban sin palabras. "Me ha gustado todo", decía una alegre Lola Hernández, de 10 años y estudiante también del colegio Vicente Aleixandre. "La ciencia está chula, es divertida", añadía.
A las 12 llegó el turno de los mayores. Alumnado desde 3º de la ESO a Bachillerato científico. Diferentes bagajes para unirse a la hora de aprender y disfrutar con unos talleres apasionantes. Lo mostraban sus caras, sus expresiones corporales y, por supuesto, su entrega en todas las actividades: la yincana se convirtió en una fiesta y competición sana que sacó lo mejor de cada uno.
"Es fundamental que los alumnos tengan contacto con la ciencia real", comentaba al respecto Germán Menéndez, profesor del SEC Stella Maris La Gavia. Él llevó a sus alumnos del Bachillerato científico a esta actividad que, en sus propias palabras, "les motiva mucho, les ayuda a aprender". Más pequeño era el alumnado de La Natividad, que rondaba 3º y 4º de la ESO, pero no por ello disfrutaba menos. Es más, algunas de las alumnas reconocieron que, gracias a esta jornada, estaban viendo con otros ojos la ciencia y que incluso ahora se querían dedicar a ella. Ya no es algo lejano, es algo del día a día, gracias a lo que existen. "Tiene que ver con todo lo que hacemos en la vida", comentaba una asistente.
Además de talleres, todo el alumnado se reunió en torno al ya famoso Escape Road, la yincana sobre investigadoras que han ganado el premio Nobel en disciplinas científicas, o sus equivalentes en Matemáticas (Premio Abel y Medalla Fields). Una actividad en la que trabajar en equipo para descubrir nombres de mujeres esenciales en la historia de la ciencia, pese a que se conozcan menos. Se parte de Marie Curie, pero se llega hasta hoy en día, porque las pioneras no dejan de serlo.
Efectivamente, sus caras lo dijeron todo. Se cerró la puerta de La Casa Encendida, pero este viernes, 30 de septiembre, se abrirá la de la sede del CSIC (Calle Serrano, 117), donde esta vez serán casi 1.000 personas las congregadas por este grupo de centros de investigación para demostrar, una vez más, que divulgar la ciencia merece la pena. Y mucho.
-- Ángela R. Bonachera (ICMM Comunicación)
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