La investigadora Rossi Aguilar sostiene una muestra del papel creado. FOTO: Universidad Politécnica de Valencia.
La investigadora Rossi Aguilar sostiene una muestra del papel creado. FOTO: Universidad Politécnica de Valencia.

Un papel técnico de alta resistencia, que dure más y que consuma menos recursos. Este es uno de los grandes retos de sectores como el arte impreso, la edición de lujo, la decoración y el empaquetamiento de alto valor, y acaba de ser respondido en un nuevo diseño creado entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV). Se trata de un nuevo papel técnico avanzado que ofrece una alternativa ecológica y eficiente a los papeles premium actuales.

“Nuestro nuevo papel de alta resistencia funciona en procesos exigentes de impresión mecánica como el huecograbado, la estampación o el relieve”, explica Pilar Aranda, investigadora del CSIC en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC) y una de las creadoras del diseño. Su papel tiene un gramaje superior a los 200 gramos por metro cúbico y soporta hasta cinco toneladas de presión sin necesidad de prehumectación –un proceso por el que se le aporta más humedad al papel--, lo que confiere a estos folios un menor impacto medioambiental al reducir tiempos de trabajo y consumo de recursos. 

Muchos de los papeles actuales “presentan una vida útil limitada” por, precisamente, esa humectación antes mencionada: “además, su alta dependencia de fibras largas encarece el producto y dificulta la producción a gran escala”, explica Rossi Aguilar, investigadora de la UPV en el Centro de Investigación Arte y Entorno (CIAE) que ha realizado su tesis doctoral precisamente en el desarrollo de este papel.

El nuevo diseño está compuesto por fibras recicladas de eucalipto y lino que están reforzadas con aditivos naturales, lo que les otorga “mayor durabilidad, fidelidad de impresión y sostenibilidad”, defienden las científicas. Este papel es compatible con tintas al agua y aceite y puede incorporar recubrimientos de conservación, una innovación “útil tanto en entornos artísticos como industriales”, añade María Eugenia Eugenio, del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC).

Arte, ciencia y tecnología por el medio ambiente

Las investigadoras y sus equipos no solo han diseñado este nuevo papel, sino que también han establecido el método de fabricación que incluye las etapas dedicadas a la preparación del aditivo las relacionadas con el mezclado y homogeneización de la celulosa y su aditivo, así como el filtrado del material resultante y el secado del papel ya creado, como apuntan Margarita Darder (ICMM) y Raquel Sampedro (INIA). 

El resultado es un papel técnico de alta resistencia y tracción, que no requiere que sea humedecido y que tiene una larga vida útil, lo que lo hace ideal para productos que requieran conservación prolongada, como libros ilustrados, catálogos o publicaciones de lujo. “Este material reduce costes operativos al minimizar duplicidad de trabajo y desperdicio de material”, añade Ana Tomás (UPV), que explica además que el papel ya tha sido probado en aplicaciones de uso artístico con éxito.

El siguiente paso, explican, pasa por “una colaboración que nos conduzca a completar el desarrollo para una explotación comercial de esta invención”. Las investigadoras se muestran totalmente convencidas del potencial de su papel en industrias, también, vinculadas con el ‘packaging’ de lujo (cosmética, moda, tecnología) o para estudios de impresión artística y de alta gama. 

De momento, este invento ha dado lugar a un nuevo proyecto que combina investigación teórica, técnica y artística en favor del medioambiente: “Ante la precaria situación medioambiental actual, este proyecto divulgativo propone intervenciones y experiencias a través de acciones, exposiciones, talleres, jornadas, ponencias, performances y patentes de biomaterial”, describe la investigadora.

El proyecto cuenta con la participación de 76 artistas, que trabajarán conceptual y artísticamente con diferentes materiales en soportes que varían según su grado de contaminación: “desde el plástico sintético, piel de persimon, así como papeles y lienzos afectados por la DANA”, concluye Aguilar.