Tutorizada por Gloria Platero y Álvaro Gómez León, Pérez ha estudiado el campo de la interacción entre luz y materia.

Beatriz Pérez

Un camino se cierra, pero otro se abre. Beatriz Pérez, después de años estudiando en el Instituto de CIencia de Materiales de Madrid bajo la supervisión de Gloria Platero (ICMM) y Álvaro Gómez León (UCM) defiende su tesis doctoral este viernes, 17 de marzo, en la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid. Su trabajo, titulado 'Topological systems interacting with classical and quantum light', (Sistemas topológicos interactuando con la luz clásica y cuántica, en español), tiene "aplicación directa en las tecnologías cuánticas", explica la investigadora, cuya tesis es en física teórica.

"Desde el punto de vista teórico, he investigado cómo la interacción con la luz puede alterar las características topológicas de un sistema, y esto puede ser en dos aspectos: primero, modificando una fase existente o introduciendo nuevas características no triviales en una muestra que de otro modo sería trivial, y, en segundo lugar, obstruyéndolo", explica la investigadora en el resumen de la tesis, donde añade las principales preguntas que ya ha respondido: “¿hay simetrías rotas en el sistema interactuante? ¿Cuál es el destino de los estados de borde en un sistema finito? ¿Están protegidos topológicamente? ¿Está bien definida la invariante topológica?".

Preguntada sobre cómo explicar su investigación a una audiencia no científica, dice: "Desarrollo modelos teóricos para comprender la interacción entre los materiales cuánticos y los campos electromagnéticos como luz". Y añade sobre lo que es importante acerca de los materiales cuánticos: "Reúnen una gran cantidad de fases distintas, cuyas propiedades a una escala macroscópica están arraigadas en las leyes de la mecánica cuántica. Lo interesante de ellos es que esos estados superficiales son resistentes a ciertas perturbaciones o defectos materiales, y esto los convierte en candidatos ideales para muchas aplicaciones interesantes en tecnologías cuánticas". Por ello, su investigación “profundiza en el campo de la interacción luz-materia para conocer cómo se pueden modificar, afinar o incluso inducir externamente las propiedades topológicas de un aislante utilizando el campo electromagnético”.

Pérez cuenta que estudió su TFM en el ICMM, y luego decidió quedarse: "Gloria me ofreció la posibilidad de ampliar los resultados del Trabajo Fin de Máster (que también hice bajo su dirección) como un primer paso de lo que luego sería mi Tesis doctoral. Pensamos en un proyecto de investigación atractivo y obtuve algunos fondos del Ministerio para hacerlo realidad".

"Mi investigación tiene aplicación directa en las tecnologías cuánticas", destaca, y después añade: "Los estados de borde topológicos pueden codificar información de una manera más robusta, ya que las propiedades topológicas están naturalmente protegidas contra ciertas perturbaciones o desorden. Esto se puede usar para protocolos de transferencia de estado cuánticos o para computación cuántica: la luz nos proporciona un pomo externo para diseñar las propiedades topológicas del material”.

Pérez lleva muchos años en el ICMM, y eso le ha permitido aprender mucho: “Si bien es cierto que en estos años he aprendido mucho sobre ciencia y cómo se hace, las lecciones más valiosas pertenecen al ámbito personal", confiesa. "La ciencia ha traído a mi vida a muchas personas increíbles que han sido un punto de inflexión en mi crecimiento personal. Un doctorado puede ser bastante exigente y desafiante, y pone a prueba tu autoconfianza y resiliencia. En este contexto, lo que he aprendido es que una mano amiga que te llega en el momento adecuado puede marcar una gran diferencia. Es muy importante encontrar personas que estén dispuestas a apoyarte en los malos momentos, pero también que se comprometan a ayudar a los demás a cambio".

Al final, reconoce que ha adquirido una amplia gama de habilidades durante su doctorado que no están directamente relacionadas con los conocimientos técnicos: "He trabajado en equipo y en solitario; he aprendido a sacar conclusiones de la evidencia sino también a ser crítica con mis propias ideas; he aprendido a discutir con los demás y a hacerme oír, pero también a escuchar; he tenido la oportunidad de hablar de mi investigación en congresos científicos, pero también de explicar los principios más básicos a los niños y hacer que la ciencia sea divertida".

Este último punto es importante, ya que la investigadora es muy consciente de la importancia de la divulgación. De hecho, se convirtió en científica gracias a su profesor: "realmente fue una inspiración para mí en esos días: él estaba muy entusiasmado y me hizo sentir ese amor por la física", dice, y también explica que hacer ciencia "se ha convertido una hermosa oportunidad para disfrutar también de mi gusto por el arte y la literatura". Para terminar, obviamente tiene que agradecer mucho a muchas personas, pero especialmente a sus padres: "Mis modelos a seguir son y serán siempre mis padres. Me han enseñado el valor de trabajar duro y dar lo mejor de mí y, sobre todo, la importancia de disfrutar el camino, independientemente del resultado final".

Ahora, después de terminar su tesis, no está segura de su futuro, pero tiene alguna idea: "Me gustaría continuar investigando, así que veamos qué nos trae el futuro".

Pérez, además, participa este año en el concurso 'Yo investigo, yo soy CSIC', y cuenta de esta forma tan divulgativa su trabajo: si ves el vídeo y le das a 'me gusta', la ayudarás a ganar.

-- Ángela R. Bonachera (texto) y Carlos Arroyo/Morgan (foto) -- Unidad de Comunicación--